Experiencias con Profesores

Si miro el recorrido de mi vida como profesora veo que ha pasado mucha gente por ella, aunque tan solo tengo recuerdo de haber aprendido de unas pocas personas algo que me haya servido para mejorar mi trabajo o mi valía personal como profesora.

Digo pocas, porque estudié en un colegio de monjas donde todas éramos chicas y profesoras, monjas en su mayoría y alguna profesora marcaron mi experiencia de aprendizaje como alumna, pero éste es otro apartado. Hablaré y desarrollaré ahora mis experiencias de trabajo en equipo del colegio en donde trabajo y estoy la mayor parte del día.

Mi colegio está en Getafe. Es un buen y gran colegio, contamos con 4 líneas en infantil y primaria, 6 en secundaria, bachillerato de ciencias, tecnológico, de humanidades y F.P. en grado medio y superior en tecnología, informática y mecánica. Es un colegio con mucha tradición y años de experiencia a sus espaldas, somos más que centenarios y la fiesta de nuestro fundador la preparamos con esmero, dedicación y motivación, tanto alumnos como profesores.

Aún recuerdo el primer día que llegué para hacer el proceso de selección. Nos juntamos en portería más de 30 personas para una plaza en infantil y otras 30 personas para una plaza en educación física.

Lo que yo creí que iba a ser una simple entrevista se convirtió en un debate común entre las 30 personas que asistimos, una entrevista personal y un test de inteligencia y de personalidad que duró más de 2 horas. Finalmente una pregunta que nos hicieron a todos en público para contestarla de uno en uno fue lo que hizo que la plaza fuera mía.

Siempre recordaré esta pregunta;  ¿Qué es lo más importante para tí de la educación infantil?

Respondí: Qué los niños aprendan y sean buenas personas. Me salió del alma, no lo pensé, si lo llego a pensar quizás hubiera respondido otra cosa, quizás no estaría ahora aquí. En fin, en cuanto vi la mirada que el director general hizo al director académico supe que había sido elegida. Y así fué, a los dos días sóno el teléfono y me incorporé inmediatamente, siendo tutora en una clase de 4 años. Concretamente en 2º de Educación Infantil.

La primera reunión de nivel que tuve con mis compañeros me dejó pasmada. Cuánto trabajo, pensé, pero aquí voy a aprender y así ha sido y es. Además ahora tengo la suerte también de poder enseñar y guiar a otros.

Nuestra programación: programamos por semana en una plataforma educativa llamada Educamos. Véase en  http://www.escolapiosdegetafe.es/. Cada profesor tiene su acceso y es en esta plataforma donde programamos, pasamos lista, escribimos las incidencias, recogemos las tutorías realizadas con los padres, evaluamos, emitimos comunicados tanto a padres como a otros compañeros profesores del centro y personal no docente. Tenemos el horario de todos los profesores para hacer suplencias, en una palabra: TODO.

El empezar no fue fácil. Somo muchos profesores (en total 134), nos conocemos todos, algunos sólo de vista y de saludarnos. En mi dirección donde trabajo como tutora y coordinadora de infantil somos 15 profesores.

Suficientes para discutir, sonreír, hacer, deshacer, plantear, complicarnos la vida, volver a empezar, etc. En fin, todo lo que puede darse en un grupo humano y profesional donde cada uno piensa que su trabajo es lo mejor y sus niños son suyos.

Reconozco que coordinar me quita el sueño algunas noches y otras me hace feliz porque me permite ir conociendo cada vez más a mis compañeras.

El bilingüismo está en camino, la calidad la hemos superado con esfuerzo . Nunca estamos quietos, siempre vamos caminando.

Lo que más me llama la atención es la forma de enseñar a leer y escribir. Nuestro método de escritura se llama: Multisensorial por puntos. Es muy antigüa (la tradición pesa en el colegio) y cuesta bantante cambiar, aunque se van dando pasos de gigante poco a poco.

Si en algo se diferencian los escolapios es por la buena letra de sus alumnos (yo lo corroboro). Trabajamos el cuadro desde los 4 años y comenzamos el método con una canción y una exposición. Cada niño va descubriendo el cuadro y su situación espacial a su tiempo, realizando ejercicios concretos que les atrae, les relaja y les sitúa en el espacio. De repente comienzan a ver los cuadros de la pizarra, los del suelo y descubren que en cada uno de ellos pueden hacer una letra y leerla para saber qué nos dice.

Las enseñamos bien hechas, con sus patas y sus giros. Empezamos por la vocales y así sucesivamente llegamos a la letra z.

Cada letra tiene su cuento, su fantasía, su vida y su ser en el país de las letras al cual nos transportamos cada mañana al comenzar el día. Es fascinante ver cómo se creen los cuentos. Es como si estuvieran dentro del cuento: preguntan, ríen, aportan palabras y por el cuento van conociendo las palabras: saben que "za", "ce", "ci", "zo", "zu" se esbriben así, o por qué la "h" no habla; el por qué de la "b" y la "v" .. en fín algo mágico.

El resultado en 5 años son unos cuadernos escritos con una letra maravillosa, limpia y ordenada.

Y todo ¿por qué?. Metodología. Porque han aprendido jugando, descubriendo, interaccionando, siendo ellos los protagonistas del cuento y se les ha inculcado el querer aprender a leer para saber más.

Yo a mis alumnos de 5 años les escribo mensajes en la pizarra para que los lean y los pongan en práctica. Son misteriosos, algunos de miedo ... otros de esconderse, de reir, en otros regaño si lo tengo que hacer y así sucesivamente todo lo que se puede decir en una frase.

En fin, cada etapa de infantil es única, maravillosa, donde la fantasía existe y con ella se aprende. Lo corroboro otra vez y lo vivo a diario como tutora cada año de un nivel: 3, 4 y 5 años.

Innovación: Pizarras digitales para 6 aulas de infantil. Poco a poco vamos dotando al colegio de tecnología. Desde que tengo la pizarra digital he podido abrir el mundo a mis niños, enseñarles una pirámide, el Machupichu, el Everest, el Teide, una caverna, el espacio, un volcán en erupción ... los aprendizajes se hacen más a su estilo, con imágenes. Como aún sueñan y tienen imaginación y fantasía es como si nos fuéramos y allá vamos ...

Reconozco que la introducción de las pizarras digitales es toda una novedad para el profesorado de mayor edad y no tan mayor. Siempre cuesta un poco los cambios y todo tiene que ir poco a poco. No es fácil ni para el profesorado ni para el equipo directivo. Por eso, primero probamos las que estamos más predispuestas a avanzar y descubrir cosas nuevas (valorando siempre lo que tenemos) y luego el resto de profesorado empieza su trabajo de adaptación a las tecnologías y recorrido personal.

Nuestro proyecto educativo, me imagino que será como el de la mayoría de colegios concertados de la Comunidad de Madrid. Tenemos un ideario de Centro y también el Carácter propio, y .. ahí va:

¿ Dónde estamos? (Análisis del contexto)
¿Quiénes somo? (Principios de identidad)
¿Qué queremos? (Objetivos generales a conseguir)
¿Cómo nos vamos a organizar para conseguirlo?
¿Quién lo elabora y lo aprueba"