El autor del libro, persona adulta, culta y escritor, se pone en el lugar de un alumno zoquete para relatarnos su vivencia personal a lo largo de su infancia en su vida escolar y su repercusión en su vida familiar como hijo y hermano pequeño de una familia aburgüesada.
No es una opción al no querer por rebeldía, ni tampoco al no querer por llamar la atención, sino al no poder aunque quieres: “soy nulo, nunca lo conseguiré, ni siquiera vale la pena intentarlo, la escuela no es para mí” (Mal de escuela pág. 23). Esto lle lleva a ver pasar la vida desde un pupitre aburrido, sin esperanza, sin contar para nadie dentro de clase, sólo para uno mismo y existir solamente en los recreos.
¿Qué va ser de mí? ¿De él? decía mi madre y los maestros se lo recalcaban: “no tiene memoria” (pág. 32 del libro Mal de escuela). Hablamos entonces del dolor compartido del zoquete, sus padres, hermanos, profesores:” mal de base”, del dolor de no comprender y sus daños colaterales. “Te digo que ese mocoso lo hace adrede” (pág. 163 del libro Mal de escuela).´
He incluido el siguiente video con el que estoy totalmente identificada. Refleja de una manera explítica el sentir que me ha transmitido la lectura del libro.
SÍ, los padres sufren por el hijo pequeño y ven en sus hermanos mayores la esperanza de no abandonarlo, de ayudarlo. Otorgan al zoquete una última oportunidad: el internado, la separación y el encuentro consigo mismo: “nunca lo conseguiré”, nada de nada no quiero conseguir nada” (pág. 99 y 100 del libro Mal de escuela).
El autor nos narra cómo fue su vida en el internado. Otro pasar sin ser nada, aburrido, sin sentir… hasta que al final alguien le hace ser y sentir, todo llega, te las apañas con lo que eres , así soy yo y mi ritmo, sólo “ llevaba retraso en el florecimiento” ( pág. 88 del libro Mal de escuela). Te auto convences y lo más importante: te dan la existencia y el existir.
A través de los encuentros con profesores, el autor nos narra cómo desde la escucha, el amor, el saber llegar al alumno, darle lo que necesita para recuperar su existencia, su valía como persona lo resucitan a un mundo real donde empieza a sentir y a ser él, porque alguien le ha ofrecido algo diferente y entonces.. “la historia resucita, redescubrimos las matemáticas, vivimos la filosofía y… ”Es que enseñando creaban el acontecimiento”. ( Pág. 201 Mal de escuela).
Estos profesores con los que el alumno tiene la suerte de encontrase en el internado, resultan distintos de todos aquellos que reducen a sus alumnos a una masa común y sin consistencia. Profesores que nos salvan de la sociedad y que la reinventan para poder vivir mejor en ella desde uno mismo sin marcas ni estereotipos ya dados. Te hace pensar en la suerte que cada uno de nosotros hemos tenido de encontrarnos con alguien que nos salve y a quién le hemos interesado en nuestro camino.
Por tanto, mal de escuela es un libro de Vida actual, de un momento actual. Presenta a unos padres preocupados por el zoquete pero que no saben qué hacer; una escuela que tiene que llegar a todos los aspectos psicológicos del alumno, que tiene que resolver problemas sociales. En resumen, ser especialistas de todo género pues la familia se olvida de educar y atender. Cada época impone su lenguaje al amor familiar, la nuestra no la olvidemos prescribe la lengua de los objetos, y es que en la mayoría de nuestros adolescentes de eso depende su identidad. Una golondrina aturdida es una golondrina que hay que reanimar; y punto final.
Mal de escuela es la vida vivida a través de un niño zoquete que va creciendo, un niño con una hoja en blanco en la que todos los adultos van dejando algo escrito y en la que se nos olvida escribir en mayúsculas que el alumno tal cual es, eso es todo.